
El regreso del dragón
Hace algunas semanas conversaba con mi hijo acerca de una asignatura de su colegio, que trataba acerca de las migraciones y sus causas. Le contaba que durante milenios, una de las principales causas de que pueblos enteros migraran lejos de su tierra natal era la guerra. Las interminables luchas de poder entre reyes, imperios y bienintencionadas ‘intervenciones’ hicieron que millones de personas huyeran para salvar sus vidas, generalmente con poco más que lo que traían puesto.
Matizaba el relato explicándole que, al día de hoy, en pleno siglo XXI, las guerras de antaño eran obsoletas. Algo que ahora sólo se veía en The Avengers o en documentales, ya que los seres humanos habíamos aprendido a resolver los problemas entre naciones de una manera civilizada.
¡Qué equivocado estaba yo! La invasión del ejército ruso a Ucrania nos ha demostrado que los perros de la guerra siguen vivos. Como en un libro de Tolkien, quien por cierto se inspiró en su experiencia en las trincheras de la Primera Guerra Mundial, el mal no ha desaparecido. Sólo se oculta por un tiempo, y se fortalece cuando el bien se olvida de él.
Y quien crea que una vez que se apague el último eco de los cañones en Ucrania esto habrá terminado, se equivoca también.
Hay mucho más en juego. Para muestra, un botón:
Durante la Segunda Guerra Mundial, en la noche del 11 de noviembre de 1940, una flotilla de aviones torpederos Swordfish de la Real Fuerza Aérea británica despegó desde el portaviones HMS Illustrious y atacó a la flota de la Marina Italiana, fondeada en el puerto de Taranto. El inesperado ataque eliminó, de un solo golpe, a la mitad de los buques capitales de la Regia Marina, dejándola prácticamente fuera de combate.

A los pocos días, Takeshi Naito, el agregado naval japonés destacado en Berlín, viajó a Taranto a investigar de primera mano lo sucedido. Naito reportó detalladamente sus análisis del ataque al Comandante Mitsuo Fuchida. El 7 de diciembre del siguiente año, Fuchida lideraría un ataque japonés muy similar contra Pearl Harbor, la principal base naval de los Estados Unidos. Este ataque sorpresa daría inicio a la intervención de este país en la guerra.
Hoy, líderes de varias naciones observan con enorme interés el desarrollo de la invasión rusa. La caída de Ucrania demostraría que la sociedad probablemente le permitirá a ellos también actuar e invadir a sus vecinos. ¿Será Taiwán el siguiente? ¿Moldova? Siempre hay alguien que mira lo que hacemos y lo toma como inspiración.
En Kiev, Jarkov y Mariupol no sólo se lucha por un país. Es el futuro de nuestra sociedad lo que está en juego.
Imagen de portada: Smaug, illustration de David Demaret
Klaus Peter
Es acertado y terrible que en esta época sigan los bulling de personas con poder contra inocentes. El problema es que con tanta mala influencia de peliculas, musicos se degrada la sociedad y se perdió el asombro y la conciencia para actuar como un sola raza humana para evitar la tragedia de la guerra.
Estábamos inspirados con los avances de Space X para colonizar marte como una sola raza en busca de expandirse y sobrevivir y aun tenemos estas guerras miseras entre humanos, que retroceso.
Hay que expresarlo siempre en la guerra no hay ganadores todos pierden excepto el ego de los lideres,